El sabio Antonio Raimondi está muy relacionado con los pueblos del Callejón de Huaylas, incluso es imposible desligarlo de algún lugar del Perú, sea en la costa, el ande o selva. En cada poblado se encuentra un testimonio de su paso.
Sin embargo, no podemos dejar de recordar los largos años que vivió en Ancash. Al dar lectura a una de sus obras, al recordar su estadía en Yungay y su encuentro con el Huascarán, decía: "Si los elevados picos del Huascarán dan al paraje de Yungay la más pintoresca vista, no hay palabras para describir la sensación que produce este sublime cuadro en una noche de luna".
Recorrió el Callejón de Huaylas a todo lo largo; pasó por Huaylas y sus abundantes sembríos; por Caraz, con su extensa campiña de Yanahuara; por Yungay, con su agradable clima y la sublime vista de los elevados picos de la Cordillera Blanca que domina a la población; por Huaraz, capital del departamento; Recuay, y sus inmensos depósitos de ricos minerales.
Analizó las aguas termales de Chancos, cerca de Carhuaz, y las de Brioso, cercanas a Huaraz. Luego de haber penetrado en las principales minas de Recuay se dirigió a Huari, situada al oriente de la gran Cordillera Blanca, hasta subir al nivel de las nieves perpetuas, para luego bajar al pueblo de Chavín. Ahí pudo ver, asombrado, los restos arqueológicos (Chavin de Huantar). Penetró en sus oscuros subterráneos. Lo recorrió en todos los sentidos posibles, en el intrincado laberinto, haciendo caso omiso a los temores de los lugareños.
Fuente: Grupo Region Ancash
✍🏼 Digitalización: Winston W. Guillén Giraldo
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